V DOMINGO DE CUARESMA

Señor Jesús, condenamos cuando tú no has venido a condenar, cuando somos nosotros quienes hemos de condenarnos porque estamos llenos de debilidades, de pecados.
Sácanos del barro de nuestras miserias, Transforma nuestro llanto en canto para que caminemos siempre a tu lado respondiendo generosamente a tu llamada. Amén.