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UN PILAR DIFERENTE


Es posible que la pandemia del Covid-19 haya impedido la celebración de unas fiestas populares y multitudinarias, pero no ha podido, ni podrá, con los sentimientos, la devoción y la fe. Es obvio que estamos ante unos días muy distintos a lo esperado, pero no por ello menos emotivos. Tanto en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, como en las diversas parroquias y comunidades de nuestra ciudad, nos podremos reunir (guardando el aforo y las distancias) para celebrar nuestra fe y dar gracias por el regalo que Jesucristo nos dejó en su Madre, a quien en estas tierras la invocamos con la secular advocación del Pilar. Y rezaremos que nos conceda, por su intercesión, “fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor”.


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