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RECORDAR, AGRADECER, CAMINAR

Cuando el curso pastoral toca a su fin queremos recordar y revisar, mirar hacia atrás y agradecer todo lo que en este curso hemos vivido. Cada grupo, cada persona que formamos la Parroquia del Portillo hemos reconocido la presencia del Señor a nuestro lado. Hemos experimentado el gozo de la fe, la alegría de ser comunidad, un tiempo de seguir a Jesús, pero también un tiempo donde hemos afrontado retos y dificultades a la hora de renovarnos para anunciar a Jesús. Hemos dado lo mejor de nosotros mismos, o por lo menos lo hemos intentado, para seguir construyendo juntos, en el nombre del Señor, el ser una “comunidad parroquial acogedora y en salida”. Hemos agradecido nuestro Bautismo, y tomado conciencia de lo

que implica. Los diversos ministerios y servicios que se van realizando en la comunidad parroquial nos mueven a dar gracias al Señor. Nos sentimos comunidad misionera y “buena samaritana” que quiere estar presente, en medio de nuestro barrio y de los diversos ámbitos de la vida cotidiana, desde nuestra fe en Jesús. No olvidando a los pobres y a los que sufren, entre nosotros o en cualquier parte del mundo.

El miércoles 8 de noviembre será una fecha que quedará grabada en la memoria de nuestra parroquia. Nuestro arzobispo D. Carlos nos visitó como Obispo y Pastor de nuestra Diocesis. Su visita Pastoral ha sido una oportunidad para que él conociera más nuestra comunidad parroquial en la misión evangelizadora, nos animara ante las dificultades, y agradeciera tanta entrega y fidelidad. Ha sido un momento para revitalizar la vida parroquial. Para, que, animados por el Espíritu Santo, seamos una comunidad viva, apasionada por Jesucristo, y entregada a los demás.

Nos ponemos a la escucha del Espíritu Santo para descubrir y discernir juntos qué tenemos que hacer como comunidad parroquial, y a qué retos nos pide el Señor que respondamos. El sábado 1 de junio, en el Consejo Pastoral Parroquial, cada grupo parroquial pondrá en común lo realizado este curso. También sugeriremos acciones para el curso que viene. Escucharnos los unos a los otros, el compartir la vivencia de lo logrado y el reconocer nuestras lagunas y retos pendientes nos ayudará a dar gracias al Señor, por cada persona, por nuestra parroquia, y nos ayudará a ser más fieles en el seguimiento de Jesucristo, y a seguir creciendo como comunidad que acoge y sirve a los pobres y los que sufren, que celebra la fe y que anuncia a Cristo, saliendo al encuentro de los alejados y los ausentes.

Querida Comunidad parroquial, por todo y en todo: ¡GRACIAS A DIOS!¡GRACIAS A CADA UNO DE VOSOTROS!

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