NAVIDAD
La pandemia afecta a la Navidad: limitaciones de encuentros y viajes, sin abrazos, sin besos, sin cantos… Quizás este año la vivamos todos con inquietud y preocupación. Pero el misterio que celebramos y vivimos estos días es sobrecogedor: Es misterio de ternura y de proximidad.
Dios no es un ser lejano, que nos mira desde el trono de su poder, desde la distancia de quien lo domina todo, sino que ha venido a compartir nuestra vida. Dios se ha hecho carne de nuestra carne, y ha venido a vivir nuestra debilidad, nuestro dolor, nuestras incertidumbres, nuestros miedos…, y también nuestras ilusiones, nuestras esperanzas, nuestros deseos de superación, nuestros mejores anhelos. Ha venido a vivirlo y a compartirlo desde dentro. Dios se ha hecho uno de los nuestros.
Cuando decimos “es NAVIDAD” estamos diciendo: Dios ha dicho al mundo su más profunda y hermosa palabra en una “Palabra hecha carne”. Y esta Palabra significa: os amo a ti, mundo, y a vosotros, seres humanos.
Esta Palabra de amor hecha carne nos dice que debe haber una comunión íntima, corazón a corazón, entre el Dios eterno y nosotros.
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