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DOMINGO VII TIEMPO ORDINARIO CICLO A



Monición a las lecturas: Ya en el Antiguo Testamento Dios llamaba a los hijos de Israel a ser santos «porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo». En el Evangelio de hoy Cristo nos llama a ser perfectos, como nuestro Padre celestial es perfecto. Esa vocación a la santidad la llevaremos a cabo a través del amor al prójimo. Un amor que nos debe llevar a querer incluso a nuestros enemigos, igual que el Señor «es compasivo y misericordioso».

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