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CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

Señor Jesús, que nos invitas a encontrarnos contigo, con nuestra comunidad y con los más desfavorecidos de nuestra sociedad. Permite que esta cuarta vela que encendemos, ya en la inminente espera de tu llegada, nos ilumine para permitir que nos toques con tu roce suave y sanador. Ayúdanos a que esa salvación que nos das a cada uno haga que nuestra piel y nuestro espíritu se deje tocar por el desconocido, por el distinto, por aquellos que necesitan saber que quieres que formemos una única familia, que abarque toda la humanidad. Haz que conozcamos, como Isabel, que estás presente en la/el que nos visita, aunque venga desde muy lejos, física o espiritualmente, y también su toque amistoso es gozo para nuestras entrañas.

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