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75 AÑOS DE LUZ Y LEGADO EN EL COLEGIO LA ANUNGIATA DE ZARAGOZA

  • Foto del escritor: parroquiadelportillo
    parroquiadelportillo
  • 10 sept
  • 3 Min. de lectura

75 AÑOS DE LUZ Y LEGADO EN EL COLEGIO LA ANUNGIATA DE ZARAGOZA

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El pasado 26 de junio, el aire se cargó de una emoción palpable, de reencuentros esperados y de la dulce nostalgia de quienes han escrito páginas en la historia de nuestro querido colegio, La Anunciata. Celebramos 75 años de fundación, un hito que honra la profunda obra iniciada por el Padre Coll y que, con devoción y cariño, fue continuada por las Hermanas Dominicas de La Anunciata.

Desde primera hora de la mañana, el colegio se vistió de gala para recibir a quienes, de una u otra forma, han sido y son parte de esta gran familia. Un claustro emocionado y nervioso por estar a la altura del mejor anfitrión abría las puertas para dar la bienvenida a las actuales Hermanas que residen en el colegio; a Hermanas venidas de diferentes puntos de la península que vieron nacer y crecer esta obra; a exprofesores que dejaron huella en aulas y pasillos; a la Hermana Provincial; al equipo de titularidad; a nuestro estimado párroco, el Padre Jesús Gracia; a los Hermanos Dominicos, Padre Mario y Padre José Luis; a nuestro querido personal de servicio y administración; a la tan necesaria AMPA, y en el interior de cada uno de nosotros, abrimos las puertas a todas aquellas personas unidas por lazos

invisibles pero fuertes a nuestra comunidad educativa.

Los primeros saludos fueron un aluvión de abrazos, besos y miradas que lo decían todo: la alegría del reencuentro, el reconocimiento mutuo y el cariño que perdura en el tiempo.

El corazón de la celebración latía con fuerza en la eucaristía, un momento de profunda espiritualidad y agradecimiento. La ceremonia fue un reflejo de la esencia de La Anunciata: un espacio de fe, de comunidad y de compromiso. La acción de gracias se vivió con una emotividad especial, dividida en tres momentos que tocaron el alma de todos los presentes: Por los futuros profesores: Un reconocimiento a quienes abrazarán la noble tarea de educar, inspirados por el legado que reciben. Por la comunidad educativa del presente: Un homenaje al claustro, a las Hermanas que viven en nuestra Comunidad, al PAS, al AMPA y a todos los que hoy dan vida y sentido al colegio, manteniendo viva la llama del Padre Coll. Por la comunidad educativa del pasado: Un tributo a las Hermanas que con su esfuerzo y dedicación, sentaron las bases de lo que hoy somos. Y como broche de oro a esta celebración litúrgica, un grupo de compañeros nos regaló una jota llena de alegría y tradición, un estallido de energía y orgullo que contagió a todos, recordándonos la vitalidad y el espíritu festivo que caracterizan a nuestra comunidad.

Tras la eucaristía, el patio del colegio se convirtió en el escenario perfecto para un vermut. Entre risas, los recuerdos fluían. Las anécdotas compartidas evocaban tiempos pasados, proyectos compartidos y la profunda conexión que une a quienes han formado parte de La Anunciata. Un puente de experiencias que fortalecía el sentimiento de pertenencia.

La jornada culminó con una comida de fraternidad, donde las mesas se llenaron no sólo de alimentos, sino de vivencias, de historias que se entrelazaban, de la confirmación de que, a pesar de los años, el espíritu de La Anunciata sigue intacto.

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Este 75 aniversario no fue solo una fecha en el calendario, sino un emotivo reencuentro con nuestras raíces, una celebración de la vida, la fe y la educación que nos une. La Anunciata sigue brillando, guiada por la luz de las Hermanas Dominicas y por el espíritu incansable del Padre Coll, un legado que palpita en el corazón de cada uno de nosotros.


MUCHAS FELICIDADES AL COLEGIO DE LA ANUNCIATA.

 
 
 

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