VUELTA A LAS CELEBRACIONES COMUNITARIAS
Este lunes, 11 de mayo, vuelven las celebraciones comunitarias de la Eucaristía a las parroquias. Será un comienzo gradual, según las indicaciones de las autoridades sanitarias, con un tercio del aforo de nuestros templos (en nuestra Parroquia, unas 90 personas por celebración). Durante la semana, en las eucaristías de las 10 y de las 19,30 nunca hemos superado dicho número.
Será, sin duda, el domingo 17 de mayo, cuando nuestra comunidad parroquial se reencuentre para celebrar juntos la Eucaristía, el momento de más incertidumbre en cuanto al aforo. Anteriormente, en las Eucaristías de las 9 y de las 11 de la mañana y la de las 19,30 por la tarde, nunca alcanzábamos la capacidad que nos permite dicho aforo (90 personas). La que puede presentar dificultad es la misa de las 12, donde se superaba con creces dicho aforo. Para evitar superar dicho aforo, quizá sea conveniente que algunas personas acudan a las celebraciones de las 9 ó de las 11 de la mañana (dicho domingo, 17 de mayo, habrá gente que controlará la entrada para no superar el aforo permitido).
Desde mitad de marzo, la comunidad parroquial hemos sentido la nostalgia de encontrarnos juntos para celebrar la Cena del Señor, porque sabemos que la raíz y quicio de nuestra comunidad es la celebración de la Eucaristía: “la Eucaristía es el centro y la cumbre de la comunidad”.
Esa nostalgia que hemos sentido puede abrirnos a descubrir el don del Pan y de la Comunidad que nos hacen ser Iglesia que responde a la llamada del Señor. Ojalá nazca una nostalgia honda, no para responder a una costumbre, sino porque sentimos el sincero deseo de encontrar al Señor, de celebrar su Amor junto a los hermanos que son parte viva de nuestra humanidad.
El lunes, volveremos a nuestra parroquia notando algún puesto vacío. Allí solía sentarse un familiar, un amigo que ahora se sienta en la mesa del Reino. El recuerdo nos ayudará a vivir, en la esperanza, la comunión con cuantos nuestros ojos no los ven más. Este mismo recuerdo despertará en nosotros el sentido de la fragilidad y el recuerdo de que la existencia terrena es una peregrinación hacia aquel lugar que el Señor Jesús ha preparado para los suyos.
PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL PORTILLO: Medidas higiénico-sanitarias ante la reapertura del templo y el reinicio del culto público
1. Indicaciones generales:
En nuestra diócesis de Zaragoza sigue la dispensa prorrogada del precepto dominical.
Recomendamos a las personas mayores, enfermas y de riesgo que sigan absteniéndose de acudir al templo.
Rogamos encarecidamente hacer uso de la mascarilla con carácter general en la parroquia.
Las muestras de devoción y veneración a las imágenes se deben sustituir por la inclinación o la reverencia, evitando el contacto físico.
2. Aforos y ocupación:
En la fase 1. Un tercio de ocupación
dos en los bancos señalados
Las familias que vienen con hijos menores de 14 años, y conviven, se pueden sentar juntas hasta un máximo de 4 personas en el banco (los que tienen 14 años o más deben sentarse como adultos)
3. Accesos
Las puertas tienen que estar abiertas sin necesidad de tirar o empujar o tocar los pomos
4. Sanidad e higiene:
Las pilas de agua bendita permanecerán vacías.
En la entrada del templo los voluntarios ofrecerán gel hidroalcohólico.
Se desinfectarán los bancos después de cada celebración.
5. Celebraciones:
El lector permanecerá en el presbiterio toda la celebración para evitar la deambulación.
El cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio de la Eucaristía, sino que las personas responsables del servicio de orden lo ofrecerán a la salida de la Eucaristía.
El cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos con las respectivas palias durante la plegaria eucarística. En el ofertorio, el sacerdote se desinfectará las manos.
Se omite el saludo de la paz y todo contacto físico durante la celebración.
Cada ministro que distribuya la comunión se lavará las manos previa y posteriormente con solución hidroalcohólica y se colocará la mascarilla.
La comunión se distribuye sin el diálogo de donación ("El cuerpo de Cristo" - "Amén"). Se pronunciará de manera colectiva tras el “Señor, no soy digno…”.
La distribución de la comunión se realizará, exclusivamente, en la mano por cuestiones higiénico-sanitarias. Las personas permanecen en sus sitios y los ministros pasarán por los bancos vacíos.
La salida del templo será progresiva (primero los de las últimas filas, y así progresivamente… quien quiera permanecer en oración se ha de quedar hasta que el templo esté vacío) y se evitarán los saludos. No salir a despedir para evitar aglomeraciones.