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TERCER DOMINGO DE ADVIENTO


Al encender esta tercera vela de la corona del Adviento te pedimos, Señor, la gracia de mantener el corazón siempre alegre, abierto a los demás, sobre todo a los que más sufren, porque el Señor, que ya llega, es luz que ha vencido la oscuridad.

Y te pedimos la gracia de la valentía que viene del Espíritu, para no ser una comunidad encerrada en sí misma, sino una comunidad valiente que lucha por la justicia y recupera así la armonía con los otros. Por eso te pedimos todos juntos: ayúdanos, Señor, a vivir en armonía con los otros. Enciende en nuestro corazón la luz de la alegría del Evangelio.

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