SANTA ÁGUEDA EN LA PARROQUIA
Durante todo el día, se fueron acercando mujeres y hombres para honrar a la Santa y rogar por la salud de las mujeres. Hubo grandes filas, tanto para besar la reliquia como para hacer una ofrenda a Santa Águeda en su altar.
Todas las misas estuvieron muy participadas, donde se nos hizo reflexionar sobre el papel de la mujer en la sociedad, y pidiendo que se acabe la violencia, de todo tipo, hacia la mujer.
Como todos los años, y ya van 25, también estuvieron las mujeres de AMAC-GEMAC, pidiendo para seguir investigando contra la lucha contra el cáncer de mama y genital.
Nuestra Señora del Portillo – Santa Águeda
La tradición nos dice que padeció el martirio en Catania (Sicilia), probablemente en la persecución de Decio en el año 250 después de Cristo. Desde la antigüedad su culto se extendió por toda la Iglesia.
Hay constancia documental de que en el segundo templo que se edificó a Nuestra Señora del Portillo (1350 – 1700) había un altar dedicado a Santa Águeda, de quien se guarda una reliquia de la cabeza de la santa, guarnecida en funda de plata y que según Blasco de Lanuza, fue regalada por Carlos V.
Un Camino por recorrer
Es cierto, hemos avanzado mucho en la situación de la mujer en la sociedad, pero sigue habiendo discriminación por razón de género: persiste la desigualdad entre hombres y mujeres, y la violencia de género ejercida contra las mujeres no desaparece. Por ello, hay que seguir luchando día a día, gesto a gesto… por los derechos humanos, para que estos se cumplan y se respeten en esa mitad de la población, nosotras, que no siempre los podemos dar por supuestos.
En este día de Santa Águeda expresamos con toda claridad todo lo que reclamamos: “que no nos maten que no nos peguen, que no nos violen, que no nos exploten, que no nos humillen…”.
La lucha contra el patriarcado (ese sistema ideológico que sustenta la desigualdad de las mujeres sobre los privilegios de los hombres) no es solamente la lucha de las mujeres, sino también de los hombres que desean un mundo mejor. Un mundo donde sus parejas, hijas, hermanas, madres, amigas, vecinas, compañeras, puedan vivir sin miedo, sin buscar las calles más iluminadas por la noche, sin ser golpeadas, ganando lo mismo por el mismo trabajo, sin dobles, ni triples jornadas…
Que Santa Águeda nos dé fuerza para seguir luchado y avanzando hacia el respeto y la igualdad.